La ocupante del sillón principal

No imaginas cuanto te extraño, las veces al día que te pienso, la cantidad de veces que te nombro. Son muchas las ocasiones en que imagino abrazándote fuertemente para cargarte y sentir tu sonrisa elevarse por encima de mí, como muchas veces lo hice. Tanto te extraño que recuerdo con un sonrisa pintada tus sermones; es tanto que hasta hacer la limpieza de la casa, juntos como antaño, me produce nostalgia.

Probablemente creas que muchas veces no hago palpable estos sentires. Quizás en algunas ocasiones pienses que lo que demuestro más bien es desinterés por ti, por lo que te sucede, por lo que sientes, por lo que piensas... Seguramente pienses que los actos reflejan los sentires, y que los mios destacan por su irregularidad, o en algunos casos por su ausencia.


Bien, entonces, en alguna medida, lo admito, es cierto. Nadie es perfecto. Y menos los jóvenes, sumergidos en tantas situaciones por escoger el rumbo correcto de sus vidas. Los jóvenes somos así ¿no? Despreocupados unas veces, ignorantes otras. A medida que maduramos y crecemos se supone que valoramos desde una mejor perspectiva las diferentes situaciones que nos atañen.


Créeme que lo hago, por lo menos lo intento. Siento que en este proceso aún no me conozco ni medianamente bien, pero también siento que ya hace algún tiempo -alrededor de dos o tres años- voy por el camino correcto.


Esta es mi excusa por no ser un hijo 'normal', que con un simple regalo, midiendo más la dimensión y/o el costo, pretende tener contenta a una madre. Que con una simple llamada de hola, qué tal, cómo estás, bueno me despido, adiós; piensa que ya cumplió, con la "obligada rutina", satisfactoriamente. Que por dedicarte canciones que expresan "fielmente" lo que siente, cree que ya cumplió con la cuota de sentimentalismo.


Estos, para mí, son actos demasiado convencionales y pretenciosos, que no reflejan fielmente mi manera de ser, ni de actuar, para expresarte lo que siento.


Aunque algunas veces nuestra comunicación se pause o aparque (momentánemente), siempre sabrás que nunca, pero nunca, dejas de ocupar el sillón principal en mi corazón, junto al de Alicia. No sé si algún día encontraré la manera de explotar todo lo que siento por ti e inunda mi ser, mas creo que este es un medio que me satisface y anima a seguir intentándolo.


Estas son letras que engloban muchos sentires hacia ti, madre. Ya sabes, TE QUIERO como diarrea.