¿Ahora piensa en revocar?

Poco menos de dos meses falta para que la ciudad de Lima vuelva a sumirse en un proceso electoral, esta vez antes de lo esperado. El 17 de marzo es la fecha escogida para decidir si la actual alcaldesa, Susana Villarán, continúa o no en el cargo.

Alguien que conozca un poco su impecable trayectoria, dirigiendo proyectos en favor de los más débiles y desprotegidos, probablemente se preguntará cómo es que con tantos políticos y dirigentes corruptos e inescrupulosos que nos gobernaron en el pasado, también a nivel nacional, nunca se planteó un proceso de revocatoria y ahora sí.

Susana Villarán De La Puente, Alcaldesa de Lima

Si nos ponemos a analizar el porqué de esta situación, debemos acudir al principal argumento de los revocadores, el cual dice que “Susana es vaga e ineficaz”. Un repaso por estos dos años de mandato nos dice que el argumento no es sino un falacia. Para empezar, Susana es de una clase política tan escasa, pero tan necesaria en la actualidad: durante su gobierno no ha robado, no se ha vendido ni ha intentado comprar a nadie; siempre rehuyó y denunció este tipo de actos.

A pesar de que ese haya sido el único método aplicado hasta el momento por anteriores gobernantes, la alcaldesa ha logrado intervenir en dos grandes problemas de la ciudad que nunca antes nadie se atrevió: la reubicación del Mercado Mayorista de La Parada y la Reforma del Transporte. Pudiendo ser muy criticadas ambas intervenciones, son obras que evidentemente ayudan a la formalidad y el orden en la capital.

Otras obras notables de su gestión son: la construcción de cuatro nuevos Hospitales de la Solidaridad, 176 escaleras, 23 losas deportivas, 150 mil árboles plantados, la inauguración de tres Centros Culturales CREA, la recuperación integral de la Costa Verde, plazuelas recuperadas, mejoras en el Metropolitano y otras muchas más. Aparte, también se aprecian notables esfuerzos por mejorar la seguridad ciudadana. Es evidente que está trabajando y también que está logrando más que Castañeda en los mismos lapsos de tiempo.

Como toda gestión que hace y propone obras, también tiene errores. Limitaciones en su equipo y tropiezos remediables, han sido fructíferamente aprovechadas por los revocadores. Tampoco la comunicación con la población fluyó de la mejor forma posible, quizás por un comienzo algo zozobrado o quizás porque no atinó a firmar sus obras. La cuestión es que la revocatoria tendría sentido si fuera por corrupción flagrante, pero en este caso, vemos que no es así, sino que todo indica que hay intereses personales detrás de este proceso.

Una vez derrumbado el principal argumento la pregunta sería: ¿por qué revocarla? El proceso de revocatoria se inició a principios del 2012 por un grupo liderado por Marco Tulio Gutiérrez, llegando en octubre del mismo año a recolectar las firmas necesarias para llevarla a cabo. Este proceso contó con varias irregularidades respecto a su financiamiento y a los presuntos intereses personales de Gutiérrez, así como la cercanía de este con el exalcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio (investigado por corrupción por la gestión de Villarán por el caso Comunicore).

Marco Tulio Gutierrez, rostro visible de los revocadores

Populares rostros de la política nacional se han pronunciado al respecto en contra de la revocatoria a Susana Villarán, entre estos destacan nombres como los de la lideresa del PPC Lourdes Flores, el expresidente Alejandro Toledo, el excandidato presidencial Pedro Pablo Kuckzynski. También, los escritores Mario Vargas Llosa y Santiago Roncagliolo, el pintor Fernando De Szyslo, los deportistas Paolo Guerrero, Kina Malpartida y Natalia Málaga. El APRA, por el contrario, es de los grupos destacados que están en favor de este proceso.

Otros populares rostros a favor y en contra de la Revocatoria

El proceso de revocatoria ya se inició, y costará más de 100 millones de soles para el Estado, casi tres veces lo que se llevaron los de Comunicore, millones que pudieron ser invertidos en otras muchas obras. Se realiza factible pensar en este proceso como un injusto pedido hecho por algún colectivo nada transparente y con vocación mesiánica que pone en jaque a la ciudad y a su gobierno. Y si analizamos a Marco Tulio y su entorno llegar a pensar en la revocatoria como un arma política para ejecutar venganzas.

Para terminar, una declaración de Marco Tulio que podría ser el motor principal de iniciar este intrincado proceso: “Lucho volverá a la alcaldía y yo volveré a ser consultor de S/.74 mil”. Usted decida amigo limeño.

Carlincatura