Trebolandia

El cofundador de Microsoft se ha mantenido como uno de los hombres más poderosos y ricos del planeta durante las últimas décadas. Esto gracias a la combinación de su gran talento para los negocios de la comunicación y al arduo trabajo que le dedicó. El creador del software más utilizado en el mundo resume la fórmula de su éxito de la siguiente manera: “tuve la fortuna de que lo que me gustaba hacer -que era escribir programación para computadoras- terminó siendo algo importante, y pude emplear a ciertos amigos y ponerlos en el centro de esta revolución de la computación”. Aquel muchacho fascinado por la informática desde los doce años, que se enmarcó en varios proyectos de computación mientras estudiaba en Hardvard (la abandonó en el último año), no empezó con el propósito de alcanzar el nivel económico que ostenta en la actualidad. “Lo que quería era un software para ayudarme a mí mismo. 30 años después se pudo construir una gran compañía alrededor de todo esto”, de